Si no muéstrate del vivido las mezclas de encuentro y desencuentros, la síntesis multicolores de esos hechos, lo que logró con diversos seres en la marcha de la vida, los diferentes pensamientos e ideologías; si creéis en pureza de pensamiento, o que es solo memorable para vos aquellos que le cuidaron con empleo y asignaturas de negocios, posiciones, a decir que eres cómo espejo cristalino de una herencia moral, familiar, el dibujo de vos podrá ser más parecido con demagogos originarios de una abstracción filosófica a respecto de la falacia y manipulación social materializada en autoritarios e históricos dictadores. Si eres de otro modo hecho de diferencias, vos no serás más qué nadie, solamente estarás entre lo más común y raro de personas que creen en la democracia.
Hay quienes no lee, tiene poco, espera nada, vive del aire, del sudor diario en la labor, ni sabe de los gritos en el teatro hecho sin alma, o del arte sensible, y que ama el sencillo de las cosas abrumadas en colores definidas, sin nuances especiales, de un grave intento, ni sabe del museo, o de su derecho a un café en la calle, y son mejores que nosotros, son dignos seres de valor que la injusticia meritocrática y los cordones sociales impuestos por mando de ley los tiraran en la basura, y son mejores, son olvidados, no más echados en el reconocimiento de pocos, pero que se le dan sentido y significado al se convertir en uno de su comunidad, uno sin betún para botas, sin botas, sin nadie a plantar en su oído el temor de la vida y de la muerte, y son personas, la máscara del entendimiento, de humanidad desconocida a todos los que siguen la carretera sucia de la civilización.
Pero este que no puede leer, canta, toca un instrumento tantas veces, sabe como la hierba vene verte del suelo, tiene verdades desconocidas, una percepción activa, conosce el viento, las diferentes temperaturas de los momentos, habla sin quejarse de la dolor y piensan que nada les dole. Un cortado por la mañana, la té dulce, el pan que él hizo temprano, el fuego encendido, eso sí tiene hoy una dimensión de campo, de jardin, el patio trasero con romero, coles, la viña a subir, naranjas penduradas de una árbol perfumada, cosas así, todo eso en su ignorancia sin límites de los modos practicados, de reproducciones dibujadas de una educación hecha por pedazos, él no, tiene de todo de una solo vez, y sin embargo hasta después de horas más de actividad, cuando hace el humo y toma un trago, mismo la oración, la guitarra toca, y aún así piensa en algún bien por hacer, sea al vecino, al patrón, a su hijo, a la persona con quienes vive, a quien pasa.
Así, si pudiera no tener se dice que es romántico. En la sociedad de la negación del bienestar las variaciones son muchas y llenas de sufrimiento que no se sabe, o sabe que sufre, o no se tiene idea de lo que sea. El simple, bueno, hincado en el trabajo y en la disposición rotunda de una moralidad sin tamaño, y decisiones éticas que llegan hasta las divisas territoriales donde se hace activo. La teoría de la actividad es más biológica en el sentido del movimiento, de una acción dibujada en la historia, repuesta o resignificada en determinaciones sociales, seguido por una reflexión de un forma de vida definida en la tragedia humana.
El sueño romántico del sueño de humanidad integrada, de una totalidad que es una materialidad que sublima en imagines, son palabras derribadas en el inmediato de las injusticias, corrupción y de la muerte de los poetas, el sueño o la práctica son casi lo mismo si entendemos que en los dos casos necesita de una mentalidad centrada.
Lo que podría ser mejor del mejor sueño y de la práctica es volver a la construcción de un mundo de elección personal. Eso sería poner el sueño abajo, y la práctica en su dimensión relacional e interaccional con el otro. A significar que se puede crear sentidos en la vida, en ser revolucionario más allá de un trabajo explotado, más allá de las moralidades, de la meritocracia plutocrática, en una realidad construida en el sociocultural.
Pero el sueño y la práctica se unen en el salto cualitativo de la metáfora, de una liberación personal, de hacer elección, de transformar la vida común, hacer del vivir una simplicidad concreta en su verdadera complejidad. Si vivimos en un mundo sin elección personal es porqué se ha perdido la conexión entre el pensamiento contemplativo, soñado, imaginado transformado en práctica social.
En este sueño que hemos tenido en la práctica de la escritura, intentamos convertir un mundo sin elección personal en un bien social, una pretensión - que es el acto que convalece en los rectos geométricos platónicos una realidad abstracta que en la moral-ética es la posibilidad. Es tal vez la aspiración de compartir como se fuera uno mismo el mundo, y en él está la elección personal. Hacerse mundo, decir en el instante, en la construcción sensible en el simple-complejo del sueño en su práctica, ser por lo tanto la totalidad del mundo humano en uno, una fuerza ética, una significación en proceso de crear sentido a sí mismo y en los otros, una singularidad.
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